La altura, la vista y la modernidad son características que definen a los rascacielos. También son capaces de autoabastecerse y generar electricidad.

Los pelos que generan energía en edificios imitan el movimiento del viento en un campo de trigo, Energía Inteligente
Recubrimiento eólico

La energía eólica se traslada a la ciudad de la mano del proyecto Strawscraper que aprovecha el movimiento del viento para producir electricidad. Una idea que se pretende llevar a cabo en inmuebles de gran altura.

Se trata de una estructura compuesta por filamentos que adquieren carga eléctrica cuando son sacudidos por el viento. Una especie de pelos que guardan la energía eléctrica para un uso posterior. De esta forma, se cuenta con un suministro eléctrico propio.
El Söder Torn, uno de los edificios de viviendas más altos de Estocolmo, ha sido el elegido para poner a prueba este sistema. ¿Qué quiere decir Strawscraper? Se traduce como rascador de paja.

¿Qué aporta a los edificios y al entorno?

En primer lugar se ahorra energía, además es un mecanismo silencioso y puede utilizarse tanto en las edificaciones nuevas como en las ya construidas.

Esta construcción ecológica cuida del entorno y de los animales y proporciona una estética a los rascacielos muy parecida a la de los campos de trigo. Ya que el movimiento de los filamentos es muy similar al que se produce en dichas plantaciones cuando hace aire.
Por otro lado, el rascador de paja tiene un efecto visual muy atractivo y que llamará la atención de cualquiera. Por las noches tendrá luces de distintos colores que con el viento darán un espectáculo único al alcance de todos

Más proyectos de estructuras sostenibles

Ya conocemos las fachadas cubiertas de vegetación que permite ventilar e iluminar los edificios.

En zonas donde en determinadas épocas del año hace muchísimo calor, como por ejemplo en Abu Dabhi, se han desarrollado estructuras que evitan el uso excesivo del aire acondicionado. Unas placas que se colocan alrededor de las construcciones más altas y que también frenan los efectos de las tormentas de arena.

En 2013, la energía eólica fue la primera fuente de producción eléctrica en España, muy bien pero ¿a que precio?